Las consecuencias del cáncer de próstata son diversas. Pueden variar en función de factores como el estadio de la enfermedad, la edad del afectado, los tratamientos o las cirugías que se le hayan efectuado.
Entre esas consecuencias se encuentra la incontinencia urinaria, que se define como una pérdida de orina involuntaria que puede suponer un problema psicosocial y de higiene en el paciente.
¿Por qué aparece la incontinencia urinaria?
La incontinencia urinaria es uno de los efectos secundarios más habituales que se asocian al tratamiento del cáncer de próstata.
Los motivos por los que puede ocurrir pueden ser:
La prostatectomía radical: consiste en la extirpación de la próstata cuando el tumor cancerígeno no se ha extendido más allá de esta zona. Sus posibles complicaciones incluyen sangrado, disfunción eréctil e incontinencia urinaria en el 3 – 10% de los pacientes.
La radioterapia: implica el uso de diferentes formas de radiación (rayos X, rayos gamma, partículas) para destruir las células malignas o impedir su multiplicación. Este procedimiento puede tener efectos secundarios a nivel urinario, digestivo y sexual, si bien es cierto que esto es menos frecuente que antaño gracias a la nueva tecnología con la que se aplica la radioterapia, que lo hace de una manera más precisa y ajustada a la glándula.
Tipos de incontinencia urinaria
Se distinguen varios posibles tipos de incontinencia urinaria en varones con cáncer de próstata:
Incontinencia de urgencia: la vejiga se contrae provocando unas fuertes ganas de orinar. Hasta que el paciente llega al WC, se producen pérdidas de orina.
Incontinencia de esfuerzo: en este caso, se producen fugas de orina al realizar movimientos que aumentan la presión en el abdomen (levantarse o sentarse, correr...).
Incontinencia por rebosamiento: se dan frecuentes pérdidas de orina debido a que la vejiga no se termina de vaciar por completo.
Incontinencia total: se produce una fuga constante y continua, lo cual provoca que el paciente nunca llegue a realizar una micción completa al no almacenar la vejiga apenas orina por esas pérdidas.
También es posible experimentar más de un tipo de incontinencia urinaria, lo que se conoce como incontinencia urinaria mixta.
Calidad de vida del paciente
Además del problema funcional y de higiene que supone padecer incontinencia urinaria, esta pérdida del control de la vejiga puede generar un trastorno psicosocial en el paciente caracterizado por:
Estrés ante la dificultad de realizar actividades cotidianas al no poder controlar la fuga de orina.
Timidez o vergüenza por la posibilidad de que los demás se den cuenta del problema.
Empeoramiento de la calidad del sueño cuando el paciente ha de despertarse por la noche constantemente para orinar (nicturia).
Comportamientos obsesivos para controlar las fugas y los olores.
Todos estos factores pueden suponer una importante disminución de la calidad de vida del afectado provocando, además, aislamiento al reducirse su interacción social.
¿Qué se puede hacer para frenar la incontinencia urinaria?
Actualmente, existen varias medidas paliativas para la incontinencia urinaria. Estas son las principales:
Ejercicios del suelo pélvico: los ejercicios de Kegel permiten fortalecer la musculatura del suelo pélvico, y no es necesario ningún instrumento para poder hacerlos. Estos ejercicios requieren un aprendizaje previo, y es muy importante que se realicen correctamente varias veces al día.
Es fundamental que el paciente los realice bajo recomendación médica y siguiendo las pautas que le dicte el profesional. Si esta terapia no es efectiva en el paciente, tendrán que valorarse otras opciones.
Colectores: se trata de un sistema fabricado con un material sintético hipoalergénico, que se adapta al pene del mismo modo que un preservativo, quedando sujeto a él por una tira autoadhesiva que evita que se mueva y, por tanto, que haya pérdidas de orina, ya que este sistema drena hacia una bolsa de recogida de orina.
La prescripción de un colector debe individualizarse en cada caso, buscando el tipo que mejor se adapte a cada paciente. Los colectores son un sistema cómodo y discreto, que le permitirá al paciente realizar sus tareas cotidianas con normalidad.
Métodos oclusivos externos del pene: se trata de dispositivos que se colocan en el pene y comprimen levemente la parte anterior de la uretra, lo que permite evitar la pérdida de orina. Pueden tener forma de pinza o de manguito y deben retirarse en el momento de la micción.
Absorbentes de incontinencia urinaria (AIU): se trata de productos sanitarios de un solo uso, que se ajustan al cuerpo del paciente para absorber la orina y retenerla.
Este método ha de adaptarse a las necesidades de cada persona. Habrá de tenerse en cuenta, principalmente, el nivel de absorción que necesite el paciente. Lo ideal es que el absorbente sea cómodo, discreto, que evite el olor, que retenga toda la humedad y que permita el movimiento.