Aunque no se conocen las causas de la hipertensión arterial pulmonar con exactitud, su origen puede tener que ver con una mayor predisposición genética, combinada con algunos factores de riesgo.
En función de su posible origen, se distinguen diferentes tipos o grupos de hipertensión arterial pulmonar. Hablamos de:
Es la más frecuente del grupo de hipertensión arterial pulmonar. Se llama así porque no se conocen las causas o el origen de la enfermedad.
Este tipo de hipertensión arterial pulmonar, a menudo referida como HAPH, se desarrolla por la mutación de determinados genes. Como su propio nombre indica, dicha mutación se puede transmitir, con riesgo de desarrollar la enfermedad.
Enfermedades del tejido conectivo como la esclerodermia y el lupus, infección por VIH, hipertensión portal, cardiopatías congénitas o esquistosomiasis (enfermedad parasitaria).
La hipertensión arterial pulmonar puede aparecer por el consumo de drogas, toxinas o de ciertos medicamentos para adelgazar.
La hipertensión arterial pulmonar idiopática y la hipertensión arterial pulmonar hereditaria son más frecuentes en mujeres que hombres, siendo las mujeres en edad fértil más susceptibles a padecerlas.
Por otro lado, dentro del grupo de la hipertensión arterial pulmonar, podemos distinguir también dos subtipos más:
Son poco frecuentes pero muy graves, y su único tratamiento es el trasplante pulmonar.
Por problemas en la gestación o en el nacimiento del bebé. Es un trastorno grave en el que las arterias de los pulmones se estrechan tras el parto.
Existen factores de riesgo, como el consumo de ciertas sustancias tóxicas, la ingesta de determinados medicamentos o padecer algunas enfermedades que pueden ocasionar hipertensión arterial pulmonar.
En cuanto al consumo de sustancias que pueden facilitar el desarrollo de la enfermedad, tenemos:
Algunas enfermedades pueden facilitar el desarrollo de la hipertensión arterial pulmonar, como es el caso de: