Para realizar un diagnóstico de cáncer de pulmón, es fundamental que el profesional sanitario valore los síntomas con los que el paciente acude a consulta. El especialista deberá tener en cuenta si la persona fuma o ha fumado a lo largo de su vida, así como estar al corriente de su historia clínica en general (ocupación laboral, antecedentes familiares 1, exposición a factores de riesgo en ámbitos sociales y personales, otras posibles enfermedades y estado de salud actual). 2
El siguiente paso es una exploración física rutinaria en busca de signos y síntomas que puedan corresponderse con un cáncer de pulmón. 1 3
Todos estos pasos ayudarán a los especialistas a orientar el caso y a tomar decisiones en cuanto a los distintos procedimientos que se habrán de seguir para poder alcanzar un diagnóstico certero. 3
Con la información recabada mediante el historial clínico y la exploración física, el profesional valorará completar el estudio con una serie de pruebas. Las más habituales son las siguientes: 1
Lourdes comparte cómo fue su diagnóstico de cáncer de pulmón: un adenocarcinoma con EGFR positivo. “Para la inmensa mayoría de las personas, el diagnóstico tiene un impacto muy fuerte: debería comunicarse en un entorno con privacidad, ante la presencia de un psicólogo y acompañado del familiar o amigo que uno elija”, explica.
Las pruebas de imagen permiten realizar y ver imágenes del interior del cuerpo. Las más frecuentes son:
En personas portadoras de alteraciones moleculares o cuando van a someterse a un tratamiento radical (aquel que se prescribe con la intención de eliminar el tumor) es recomendable realizar una prueba de imagen cerebral con RM. Esta prueba sirve para estudiar el cerebro y la médula espinal cuando existe sospecha de que el cáncer se ha extendido a dicho nivel. En ocasiones puede ser necesario realizar una RM torácica para conocer la relación del tumor con los grandes vasos sanguíneos antes de una cirugía. 3
Es el método más común y sencillo para observar cuál es el estado de los pulmones. Se utiliza una fuente de radiación que permite obtener una imagen estática en la que se aprecien nódulos en el mediastino, manchas o derrames pleurales (acúmulo de líquido en la pleura), que pueden indicar la presencia de un tumor. 13
Esta prueba sirve para observar, desde su interior, la tráquea y los bronquios. Para llevarla a cabo, se introduce en las vías respiratorias de la persona, por la nariz o por la boca, un tubo flexible (broncoscopio) con una cámara de vídeo que sirve para que el especialista visualice el recorrido desde un monitor. 1 Además, se pueden tomar muestras de tejido que ayuden a confirmar el diagnóstico de cáncer de pulmón. 3
Se realiza una toma de imágenes de las estructuras anatómicas de la persona desde varios ángulos 1 mediante haces radiológicos. Con ello se consiguen imágenes más precisas de los pulmones. 3 En el cáncer de pulmón, la TC de tórax puede detectar alteraciones que no se hayan visto con la radiografía de tórax, así como si hay ganglios afectados o no. También se pueden realizar TC a nivel abdominal y/o craneal 1 si se sospecha que el tumor se ha extendido a otras zonas. Es una prueba indolora que se realiza en unos 20-30 minutos, tiempo en el que la persona ha de permanecer inmóvil sobre la camilla del escáner. 1
Esta técnica permite detectar lesiones no visibles por otros medios. Se inyecta glucosa radiactiva a través de una vena de la persona. Como las células tumorales consumen glucosa más rápidamente que los tejidos sanos, con este método se puede conocer si existen células cancerosas, ya que las zonas con mayor glucosa radiactiva, es decir, donde se encuentran las células tumorales, saldrán en la imagen como zonas más marcadas. Las imágenes de esta prueba diagnóstica no son tan precisas como las de una TC, por lo que se suelen combinar ambas pruebas. La PET-TC permite estudiar el tumor primario y la extensión de la enfermedad a otras zonas. 1 3
Se realiza mediante la inyección de un isótopo radiactivo que se fija al tejido de los huesos. Se lleva a cabo en personas que tienen signos o síntomas de metástasis ósea, pues permite saber si el tumor se ha extendido a los huesos. 3
Existen otro tipo de pruebas en las que se recogen muestras de tejidos o células de la persona para su posterior análisis en laboratorio, lo cual aporta más información para el diagnóstico. Se suelen realizar las siguientes:
Aunque no sirven para detectar el cáncer de pulmón en sí, estos análisis pueden orientar al especialista sobre el estado de salud de la persona, cómo están sus defensas y qué tal funcionan sus órganos. 2
Se analiza el moco expulsado con la tos para ver si hay presencia de células tumorales. 3
En esta prueba, se introduce una aguja fina unida a una jeringa a través del tórax, hasta llegar al tejido pulmonar o a un ganglio linfático. De este modo, se extraen células que luego se examinarán bajo el microscopio. 3 Esta técnica se lleva a cabo si el tumor se encuentra en una zona del tórax a la que es difícil acceder con una broncoscopia. 1
Este método sirve para extraer una muestra de tejido pulmonar para ser examinada al microscopio. 3 Es un procedimiento parecido a la punción torácica con aguja fina; las principales diferencias, en este caso, son el grosor de la aguja y la utilización de anestesia en el trayecto de la punción. La muestra que se obtiene con esta prueba es de mayor tamaño, algo especialmente útil a la hora de estudiar posibles mutaciones genéticas en los tumores pulmonares. 4
Las muestras obtenidas en las pruebas anteriormente descritas son analizadas por un especialista en Anatomía Patológica. Este especialista es el que determinará si hay presencia de células tumorales. En caso de que las muestras obtenidas sean demasiado pequeñas o de mala calidad, puede ser necesario tener que repetir las pruebas para dar con un diagnóstico correcto que permita ofrecerle a la persona el mejor tratamiento para el cáncer de pulmón. 3
La aparición en los últimos tiempos de nuevas técnicas de diagnóstico, como la NGS (next generation sequencing), ha permitido un aumento del conocimiento disponible sobre alteraciones genéticas causantes de enfermedades como el cáncer de pulmón. 5 Esta prueba supone un avance frente a métodos de análisis tradicionales mucho menos sensibles como la PCR (polymerase chain reaction). 6
Este tipo de técnicas diagnósticas forman un pilar de de lo que se conoce como medicina de precisión o medicina personalizada. 5
La medicina de precisión se basa en el desarrollo de terapias dirigidas que actúan directamente en los genes que favorecen la supervivencia y la división de las células cancerígenas. 7 Esto se consigue mediante la identificación de biomarcadores.