La artritis psoriásica es una enfermedad crónica, no contagiosa, que se manifiesta típicamente con inflamación de la piel (psoriasis) y de las articulaciones (artritis).1 También se puede asociar a inflamación en otras partes del cuerpo como los ojos o el intestino.2
La artritis psoriásica causa dolor y puede tener un impacto importante en la calidad de vida del paciente, pudiendo llegar a ser motivo de discapacidad física, funcional o incapacidad laboral.3
La artritis psoriásica afecta a mujeres y hombres por igual y puede aparecer en cualquier momento de la vida 4, aunque es más frecuente que comience entre los 40 y 50 años.1
Se estima que afecta a entre un 0,3 y un 1% de la población.5 En España, su prevalencia es del 0,58%, según el estudio EPISER de la Sociedad Española de Reumatología.6
Se estima que hasta un 35% de personas con psoriasis desarrollará artritis psoriásica.7
La artritis psoriásica puede empezar de manera muy gradual, con síntomas leves, o bien aparecer bruscamente con síntomas importantes.8
Si se nota inflamación, rigidez o dolor, por leve que sea, se ha de acudir al médico especialista en reumatología lo antes posible para que se pueda realizar un diagnóstico precoz, correcto y que permita adelantarse a cualquier complicación en el desarrollo de la enfermedad.7
La psoriasis cutánea no tiene por qué estar presente en todos los pacientes con artritis psoriásica, pero la afectación de la piel suele preceder a la articular en el 75-80% de los casos.9
Sin embargo, se han documentado casos en los que la artritis aparece antes del diagnóstico de la psoriasis (15%), e incluso puede ocurrir que ambas afecciones comiencen simultáneamente (5-10%). 10
Existen determinadas comorbilidades asociadas a la artritis psoriásica:
Los pacientes que padecen artritis psoriásica, sobre todo en casos graves, suelen presentar una mayor predisposición a presentar complicaciones que afectan al corazón, como pueden ser los infartos cardiacos o cerebrales.1
También son frecuentes la hipertensión, la dislipemia, la diabetes o la obesidad. Al ser la artritis psoriásica una enfermedad generalizada, puede producir inflamación en otros tejidos del cuerpo, como, por ejemplo, en el corazón.1
Esta enfermedad adelgaza y debilita los huesos, lo que aumenta el riesgo de que se produzcan fracturas óseas. La artritis psoriásica, debido a la inflamación que produce, puede alterar la calidad del hueso y favorecer dichas fracturas.11
Más del 20% de los pacientes con artritis psoriásica tiene altos niveles de ácido úrico (hiperuricemia), fenómeno asociado con la psoriasis. Por esto, la frecuencia de padecer gota aumenta en estos pacientes. La gota es, precisamente, un tipo de artritis relacionado con el aumento de ácido úrico en sangre.11
Esta afección se produce cuando hay un aumento de grasa en el hígado, por eso se dice que los pacientes que la padecen presentan un hígado graso. Esta condición suele ocurrir más frecuentemente en personas con artritis psoriásica que, además, sufren obesidad.11
Las personas con artritis psoriásica pueden desarrollar enfermedades como la depresión o trastorno de ansiedad.1