Con el paso de los años y conforme nos acercamos a edades avanzadas, sufrimos una pérdida de masa muscular debido a factores como una disminución en nuestra actividad física, periodos de inmovilidad, restricciones dietéticas…
Las proteínas juegan un papel esencial en el mantenimiento de esta, que es fundamental para tener una forma física adecuada y mantener un nivel de actividad adecuado.
Cada vez más estudios muestran que una persona de edad avanzada puede precisar de unas necesidades de ingesta proteica incluso superiores a las que tenía a edades más jóvenes.
Las proteínas de los alimentos de origen animal tienen un valor biológico mayor que las de origen vegetal, debido a que estas últimas carecen de determinados aminoácidos esenciales.