La infección por VIH hoy < La prevención, el arma más eficaz contra la transmisión
Cerca de 4.000 personas son diagnosticadas de infección por VIH cada año en España 1, lo que invita a pensar en la necesidad de frenar la transmisión del virus.
La prevención sexual, el tratamiento y, en definitiva, evitar los factores de riesgo, continúan siendo los principales métodos para conseguir reducir esta cifra.
Se recomienda el uso correcto de preservativos durante la penetración anal o vaginal, 2 ya sean preservativos insertivos (que se colocan en el pene) o receptivos (son internos y pueden insertarse hasta 8 horas antes de la relación sexual; a diferencia del preservativo externo, no es necesario retirarlo inmediatamente después de la eyaculación).
Esto no solo puede prevenir el riesgo de transmisión del VIH, sino también el de otras enfermedades de transmisión sexual.
Para evitar heridas ocasionadas por la fricción o la rotura del preservativo insertivo, es recomendable el uso de lubricantes de base acuosa, sobre todo en el caso de la penetración anal. 3
No se deben utilizar lubricantes grasos, ya que pueden contribuir al deterioro o rotura del preservativo. 3
La parte interior del prepucio del pene es susceptible de sufrir heridas y abrasiones, lo cual puede favorecer la entrada del VIH en el organismo. Por eso, se ha demostrado que la circuncisión reduce hasta en un 60% el riesgo de que los hombres resulten infectados por el VIH.
La Organización Mundial de la Salud recomienda esta intervención en varones sobre todo de países con bajos recursos y sin acceso al tratamiento, aunque es importante que se integre junto a otras medidas de prevención, puesto que la circuncisión solo proporciona una protección parcial.
La profilaxis preesposición (PrEP) consiste en tomar un medicamento antirretroviral al día para prevenir la infección por VIH.
La PrEP puede ayudar a disminuir la probabilidad de infección antes de su exposición al virus, en personas con alto riesgo de contraer el VIH.
No obstante, este fármaco no elimina completamente el riesgo de transmisión, ni previene la de otras enfermedades de transmisión sexual. Por lo tanto, para evitar otras ETS, se recomienda utilizar preservativo y llevar un seguimiento médico del tratamiento.
La profilaxis post-exposición se considera un método preventivo secundario cuando la prevención primaria ha fallado. Por ejemplo, debido a accidentes en el entorno sanitario o a cualquier tipo de exposición al virus.
Consiste en tomar tratamiento antirretroviral durante 4 semanas tras una posible exposición al VIH para evitar adquirir la infección.
Idealmente, se aconseja iniciar la PPE dentro de las primeras 6 horas después de la exposición al virus, o no dejar pasar más de 48-72 horas.
Este tratamiento se recomienda a personas que tengan exposiciones de riesgo de forma esporádica y excepcional. No es aconsejable para personas con exposiciones repetidas.
Ambos métodos, PrEP y PPE, son medicamentos hospitalarios, es decir, no se puede disponer de ellos en las oficinas de farmacia extrahospitalarias.
En el caso de los usuarios de drogas inyectables, es fundamental que se utilicen siempre agujas o jeringas de nuevo uso o que hayan sido debidamente esterilizadas antes de utilizarlas otra vez.
Otra alternativa puede ser optar por medidas de prevención como la terapia de sustitución de opiáceos.
Si una persona con VIH recibe tratamiento antirretroviral (TAR) y este ha logrado reducir a niveles muy bajos la presencia del virus en su sangre, es prácticamente imposible que pueda transmitir el virus.
Por tanto, se recomienda que el TAR sea prescrito de manera temprana a todas las personas con VIH, con el fin de mejorar su calidad de vida y reducir las probabilidades de transmisión del virus.
ONUSIDA define la prevención combinada como un conjunto de programas comunitarios que aúnan:
Estas intervenciones están diseñadas para prevenir la infección por VIH en comunidades específicas.
Estos programas han de adaptarse a las necesidades nacionales y locales en función de los datos epidemiológicos de cada comunidad, y los recursos que se empleen deberán ser aprovechados donde más se necesiten.
Es importante tratar de conseguir que tanto las propias comunidades afectadas como el Gobierno pertinente y el sector privado se impliquen con los programas, con el fin de maximizar el impacto y conseguir una mayor participación. [8]