Un ensayo clínico es un estudio de investigación médico en el que participan personas. En concreto, es la última etapa del desarrollo de un fármaco antes de su lanzamiento, tras años de estudio en pruebas de laboratorio y en animales.
Los investigadores diseñan los ensayos clínicos con el fin de responder preguntas relativas a un medicamento, y para que conozcamos mejor las enfermedades estudiadas. Por ejemplo, qué dosis es la más segura para utilizar un fármaco o si el medicamento experimental iguala u ofrece alguna mejora significativa con respecto al tratamiento estándar habitual aplicado en consulta.
Es decir, la información generada en los ensayos clínicos permite conocer la seguridad y eficacia de los tratamientos. Después, las agencias reguladoras utilizan estos datos para tomar decisiones sobre la autorización de los medicamentos, si se han demostrado que los beneficios de usar el medicamento superan los riesgos. La agencia reguladora en España es la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y, en Europa, la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés). Además, un Comité Independiente de Ética se encargará de realizar una evaluación ética del ensayo clínico antes de su autorización.
Por otro lado, con el paso de los años, hemos aprendido también la importancia de realizar ensayos clínicos que incluyan a personas de sexos, edades, razas y origen étnico diferentes, puesto que algunos fármacos funcionan de forma diferente en función de estos factores.
La inclusión de muchos tipos de personas diferentes en los ensayos clínicos permite a los investigadores entender la eficacia y seguridad de un medicamento exactamente para las personas que lo necesitan.
Los ensayos clínicos suelen realizarse de manera escalonada para responder determinadas preguntas. Habitualmente, las conclusiones de una fase inicial se utilizan para plantear el desarrollo de la siguiente. Saber en qué fase se encuentra el ensayo clínico es importante porque puede ayudar a entender lo que se conoce hasta el momento sobre el tratamiento estudiado.
De forma general, podrían considerarse cuatro fases en los ensayos clínicos , aunque a veces algunas de ellas pueden realizarse en paralelo, solaparse o desarrollarse de manera adaptativa. Cada una de ellas se caracteriza por las siguientes particularidades y objetivos:
Existen diferentes tipos de ensayos clínicos y cada uno tiene sus características: aunque todos deben seguir de forma estricta las normativas para proteger los derechos y la seguridad de los participantes, no todos persiguen los mismos objetivos ni permiten obtener los mismos resultados.
Una forma de clasificar los estudios clínicos es dividirlos entre experimentales y observacionales, entre otros.
En este tipo de estudios se controla y modifica un factor de estudio, es decir, se seleccionan los pacientes y se elige qué intervención se va a realizar. En este grupo se incluyen los ensayos clínicos aleatorizados.
En estos estudios, la investigación se limita a observar, medir y analizar al objeto de estudio, sin ejercer control ni influencia sobre él.
Los ensayos clínicos aleatorizados son un tipo de estudios experimentales en los que los participantes se distribuyen al azar en dos grupos para participar en el estudio. Estos ensayos clínicos se consideran los más sólidos porque pueden aportar una mejor evidencia para evaluar la eficacia del tratamiento estudiado. Este es un aspecto importante, ya que la fiabilidad de un estudio depende de diversos factores, entre los que se encuentra la metodología utilizada.
Si se tiene en cuenta la forma en que los grupos son expuestos a la intervención, se distinguen tres tipos de ensayos clínicos aleatorizados: los ensayos paralelos, los ensayos cruzados y los ensayos factoriales.
Son los más frecuentes. En estos estudios, cada grupo es expuesto solamente a una intervención: uno de ellos recibe el tratamiento que se está analizando (grupo experimental), mientras que al otro grupo se le administra un tratamiento alternativo o un placebo, o incluso puede no recibir ninguna intervención (grupo de comparación o control). Los participantes se mantienen en el mismo grupo durante toda la duración del experimento.
En este tipo de estudios, se realizan varias intervenciones: todos los participantes reciben los mismos tratamientos, pero el orden de administración depende del grupo al que hayan sido asignados. Por ejemplo, en primer lugar, al grupo experimental se le administra el tratamiento en estudio y, al grupo control, un placebo. Después, al grupo que comenzó con el tratamiento en estudio se le administra el placebo y, al de control, el tratamiento. Entre ambos tratamientos se deja pasar un periodo de descanso para eliminar la influencia del tratamiento previo.
Este tipo de ensayos permiten realizar comparaciones múltiples entre dos o más fármacos. Por ejemplo, en un mismo estudio sobre tratamientos del dolor, se pueden comparar los efectos de un analgésico frente a un placebo, de un antiinflamatorio frente a un placebo, de ese analgésico frente a ese antiinflamatorio, o de la acción combinada del analgésico y el antiinflamatorio frente al placebo. También permiten estudiar las posibles interacciones entre medicamentos.
En función del número de participantes, los ensayos clínicos aleatorizados también pueden dividirse en dos tipos:
También conocidos como fixed size trials (en inglés), se trata de estudios en los que el número de participantes se establece de antemano: los investigadores utilizan métodos estadísticos para determinar previamente qué tamaño de la muestra será necesario.
En estos estudios no se calcula previamente el número de participantes, sino que, conforme se van incorporando personas a los grupos de estudio, se comparan los resultados. El ensayo clínico termina cuando la hipótesis que ha motivado el estudio queda probada.
La fiabilidad de los ensayos clínicos depende de diferentes factores, como su duración, la cantidad de pacientes que incluya o la metodología utilizada.
Todos los estudios deben seguir unas normas éticas, aplicar determinados protocolos de actuación y ser incluidos en registros de ensayos clínicos que regulen su aprobación por las autoridades competentes y su desarrollo.
Además, para garantizar que los ensayos clínicos aleatorizados se realizan correctamente y disminuir el riesgo de llegar a conclusiones incorrectas, conviene tener en cuenta algunos parámetros, entre los que se encuentran los siguientes:
Es necesario definir de forma clara los criterios de inclusión o exclusión de los participantes.
Los investigadores no deben conocer en qué grupo incluyen a cada participante del estudio. De esta forma, se reduce el riesgo de asignar a algunas personas al grupo que más favorezca los intereses del investigador.
También llamado cegamiento, este parámetro responde a la necesidad de ocultar a investigadores y/o participantes el grupo al que han sido asignados estos últimos, ya que, de conocerlo, la evaluación de los resultados del estudio puede verse comprometida. Existen diferentes tipos de ensayos clínicos aleatorizados en función del tipo de enmascaramiento escogido.
Los participantes del ensayo clínico deben recibir un seguimiento continuado que permita a los investigadores identificar posibles alteraciones tras la exposición al tratamiento o a la intervención, así como potenciales efectos secundarios o cambios en los factores pronósticos. El grupo control deberá recibir el mismo tipo de seguimiento que el grupo experimental para evitar sesgos que pudieran derivar de tener un mayor control sobre uno de los dos grupos.
Existen cuatro tipos de ensayos clínicos aleatorizados en función del grado de enmascaramiento aplicado:
También llamado no ciego, en este tipo de ensayos clínicos tanto el investigador como los participantes conocen el grupo al que han sido asignados estos últimos y, por lo tanto, el tipo de intervención o tratamiento que reciben.
Solo el investigador sabe a qué grupo ha sido asignado cada participante. Este tipo de ensayos clínicos es poco habitual.
Ni el investigador ni los participantes conocen a qué grupo han sido asignados estos últimos. Por lo tanto, también desconocen el tipo de intervención o tratamiento que recibe cada voluntario, con lo que se evitan posibles sesgos derivados de conocer esa información.
El investigador, los participantes y una tercera persona involucrada (por ejemplo, un analista de datos o un evaluador de los resultados) desconocen el grupo al que ha sido asignado cada voluntario.
El monitor de ensayos clínicos es una persona que trabaja para asegurar que los resultados del ensayo clínico sean fiables (veraces y de calidad) y que se obtengan respetando la seguridad de los participantes, la normativa y la ética. 7
Suele ser el enlace entre el promotor del ensayo clínico (normalmente, una compañía farmacéutica) y el centro sanitario donde se desarrolle el ensayo clínico. 7 Los ensayos clínicos suelen realizarse en los hospitales y con la presencia de los médicos y enfermeros, de la unidad de farmacia y del resto del personal sanitario que habitualmente atienden a los pacientes.
El monitor de ensayos clínicos nunca puede formar parte del equipo de investigación. 7
Revisar el proceso de consentimiento de los participantes en el ensayo clínico que se realiza en el hospital entre el participante y un médico de ensayo, y comprobar que tienen el perfil idóneo para formar parte de él, según los criterios de elegibilidad del estudio y que han sido previamente evaluados por el médico responsable del ensayo. 7
Asegurarse de que tanto los investigadores como el centro elegido para realizar el ensayo clínico cumplen con las características adecuadas para ello. 7
Formar a los equipos de científicos que dirigirán y trabajarán en el ensayo clínico, ofreciéndoles toda la información relevante sobre el nuevo fármaco o compuesto que se va a estudiar. 7
Revisar que toda la información relacionada con los efectos adversos ocurridos se notifica adecuadamente y en los tiempos establecidos por parte del equipo investigador. 7
Visitar al equipo científico antes, durante y después del ensayo clínico para monitorizar la investigación y comprobar que se cumple el protocolo y que los datos se registran correcta y completamente. 7
Solucionar cualquier problema que pueda surgir, como la falta de un material, una alteración del protocolo o la baja de alguno de los investigadores del ensayo clínico. 7