La depresión hoy < ¿Puede la depresión llevar al suicidio?
El trastorno depresivo mayor ha sido postulado como el factor de riesgo más importante para el suicidio. De hecho, se estima que el 90% de las personas que se quitan la vida tienen un problema de salud mental, principalmente depresión. 1
Un aspecto realmente preocupante es el hecho de que la depresión no siempre se trata, o se trata de manera inadecuada. Así, un estudio publicado en 2006 demostró que, entre los pacientes con depresión y suicidio consumado, solo un 3% habían recibido tratamiento en adecuadas dosis y un 7% habían recibido psicoterapia semanal. 2
La mayoría de los pacientes con depresión que intentan quitarse la vida lo hacen en las fases iniciales de la enfermedad, siendo el periodo de mayor riesgo de suicidio los 90 días posteriores al inicio de un episodio depresivo. 3
El riesgo de suicidio es también más alto cuando los pacientes empiezan a mejorar los síntomas relacionados con la energía o la motivación, pero todavía presentan un estado de ánimo deprimido. 45
Asimismo, la ideación suicida puede seguir existiendo durante los meses posteriores al alta hospitalaria, especialmente entre quienes han cometido previamente algún intento de suicidio. 3 De hecho, se estima que el riesgo de suicidio aumenta entre 20-30 veces durante los 6-12 meses después del intento, especialmente entre las personas mayores. 6
Habitualmente, las ideas de suicidio suelen venir precedidas de pensamientos de menosprecio, sentimientos de que la vida no merece la pena o deseos de muerte. Es en este momento cuando el entorno de la persona con depresión puede desempeñar un papel fundamental en la prevención del suicidio.
Además, es importante tener en cuenta los factores predisponentes para reducir, en la medida de lo posible, la exposición de la persona en riesgo a estos posibles desencadenantes del suicidio.
Existen factores que podrían aumentar el riesgo de suicidio, aunque el hecho de que estén presentes no quiere decir que vaya a ocurrir: 1
Existen también situaciones de la vida que se comportan como factores precipitantes. Pueden ser vistos como la gota de agua que rebosa el vaso. Algunos ejemplos son:
La persona que quiere suicidarse suele presentar cambios en las emociones, en los pensamientos, en los hábitos y en el comportamiento habitual. 7
Una señal de alerta nos indica que una persona estaría teniendo serios pensamientos de quitarse la vida y que podría incluso estar planificando cómo realizarlo.
Las señales de alerta podrían ser también una petición de ayuda y nos proporcionan una oportunidad, tanto a la familia como a los amigos, conocidos y profesionales de la salud para intervenir y prevenir que esta persona se suicide. Si usted se da cuenta de que alguien conocido está actuando de un modo extraño, que no tiene que ver con su carácter habitual, es importante que hable con él/ella sobre lo que puede estar pasando.
En caso de identificar estas señales de alerta, es importante responder con rapidez, especialmente si la persona muestra varias al mismo tiempo, hablando con la persona y buscando la ayuda y el apoyo de otros.
No se debe restar importancia a un acto suicida y creer que la persona lo realiza para llamar la atención. Las personas que hacen un intento de suicidio desean expresar que algo no va bien y que se sienten incapaces de adaptarse a las exigencias que les pide la vida.