El papel de la familia en el desarrollo de cualquier individuo es importante, y más si hablamos de personas que sufren depresión. De hecho, existe evidencia empírica de que muchas actitudes y acciones dentro del entorno familiar influyen tanto en el proceso de génesis como de recuperación de la depresión.
Paradójicamente, la familia supone un soporte muy importante para los pacientes en muchas ocasiones, pero otras veces las relaciones entre parientes se debilitan o se convierten en una fuente de tensión debido a la influencia de la patología.
Si el paciente cuenta con apoyo, comprensión y/o cariño manifiesto, su visión del mundo puede verse transformada. Esto, que influye sobre todo en el caso de los adolescentes, implica que la familia puede convertirse en mediadora o salvadora frente a los diversos factores externos que influyan en el desarrollo de la depresión.
Cómo ayudar a un familiar con depresión
Es muy importante no perder de vista que la depresión es una enfermedad que incapacita para rendir de forma adecuada, por lo que la familia debe actuar en consecuencia, tratando de no incrementar el estrés que ya de por sí puede sentir el paciente.
Hay ciertas estrategias que pueden servir a los familiares o personas cercanas al paciente para ayudarle a sobrellevar la depresión:
Aprender qué es la depresión: buscar información fidedigna sobre la enfermedad, intentar entender cómo se siente una persona que sufre este problema de salud mental.
Ayudarle a que se encuentre activo: por ejemplo, animarle para realizar actividades que antes disfrutaba o que le motiven, o facilitarle la realización de sus labores ordinarias (higiene, hogar, responsabilidades…). Eso sí, sin agobiar: es necesario dejar tiempo para que el tratamiento actúe, tener paciencia y evitar emitir juicios como “tienes que poner de tu parte”.
Dedicarle tiempo: procurar compartir el día a día con esa persona y evitar que pase largos periodos en solitario.
Evitar críticas o reproches, para que el paciente no experimente la frustración de no sentirse comprendido, ni el sentimiento de culpabilidad que puede generar esta enfermedad incapacitante.
Elogiar cada uno de sus avances, ya que la depresión es muy incapacitante, lo que puede llevar al paciente a dejar siquiera de intentar salir de ella.
Ayudarle a identificar sus fuentes de estrés o preocupación, para evitarlas o aprender a gestionarlas.
Ayudarle a llevar una vida saludable: cuidar su alimentación, dar ejemplo evitando sustancias nocivas como el alcohol o el tabaco, etc.
Tomar en serio cualquier pensamiento suicida: la depresión puede convertirse en un desencadenante del
suicidio , por lo que se debe contactar inmediatamente con personal sanitario si se detecta o sospecha que la vida del paciente con depresión corre peligro.