La esquizofrenia se incluye dentro de los llamados trastornos psicóticos, que son aquellos en los que los individuos pierden el contacto con la realidad. Sin embargo, el hecho de que una persona sufra brotes psicóticos no significa necesariamente que tenga esquizofrenia ni que vaya a tenerla, ya que existen otros trastornos que pueden manifestarse también con síntomas psicóticos.
Para poder determinar que una psicosis es esquizofrenia, el profesional sanitario tendrá que comprobar que los síntomas se han sucedido por lo menos durante 6 meses o más.
¿Qué es la psicosis?
La psicosis engloba a todos los trastornos que afectan la mente y suele manifestarse por primera vez entre el final de la adolescencia y los 25 años.
Se caracteriza por una distorsión del pensamiento y de la percepción. Puede presentar:
Lenguaje incoherente o sin sentido
Alucinaciones auditivas o visuales
Ideas delirantes
Aislamiento social y abandono de responsabilidades habituales
Además, un trastorno psicótico puede alterar la conducta, provocando actuaciones desorganizadas o incoherentes, así como:
Agitación, excitación, mucha actividad o, por el contrario, periodos de inactividad excesiva.
Alteración de las emociones: apatía acusada o incoherencia entre la emoción expresada y el gesto realizado.
Si varios de estos síntomas aparecen en una persona, el diagnóstico de psicosis es probable. Sin embargo, no hablaremos de una posible esquizofrenia salvo que los síntomas psicóticos se mantengan durante más de 6 u 8 meses.
En todo caso, el médico deberá tener en cuenta otros factores para poder confirmar el diagnóstico de la esquizofrenia.
¿Cuáles son las señales de alarma previas a la psicosis?
Antes de que se manifieste la psicosis, suelen producirse cambios en el comportamiento del paciente. Estas son las señales de alerta que pueden presentarse y, ante las cuales, es necesario acudir al médico:
Malas notas en los estudios o un deterioro en las capacidades laborales.
Problemas para pensar con claridad o para concentrarse.
Desconfianza, ideas paranoicas o incomodidad frente a otras personas.
Aislamiento social (pasar solo mucho tiempo).
Sentimientos extraños o falta de sentimientos.
Descuidos en la higiene personal.
Dificultades para diferenciar entre realidad y fantasía.
Lenguaje impreciso o problemas para comunicarse.
Comportamientos inapropiados.
Ansiedad.
Problemas para dormir.
Depresión.
Falta de motivación
Tipos de trastornos psicóticos
Existen diversos tipos de trastornos psicóticos que no deben confundirse con la esquizofrenia.
Psicosis inducida por tóxicos: se produce como efecto inmediato tras el consumo de drogas.
Psicosis reactiva breve: los síntomas psicóticos aparecen de forma súbita, normalmente después de un suceso muy estresante.
Trastorno bipolar: tipo de psicosis que alterna fases de síntomas depresivos con otras de manía.
Trastorno esquizoafectivo: el trastorno psicótico aparece a la vez que una alteración del estado de ánimo.
Trastorno delirante: se presenta con delirios en personas con personalidad suspicaz o recelosa previa. El paciente tiene la firme creencia de cosas inciertas. En este caso, además de dichas ideas delirantes, la persona no suele presentar otros síntomas psicóticos.
Trastorno de personalidad: los pacientes tienen dificultades para percibir diferentes situaciones y relacionarse con los demás.